Además, su alta conductividad térmica permite una distribución rápida y uniforme del calor, mientras que su alta reflectividad la hace útil en aplicaciones de aislamiento térmico y protección contra la radiación solar.
El aire es un buen aislante térmico por su baja conductividad, cuando la lámina de aluminio está separada por una capa de aire (plástico de burbuja y el entorno), esta combinación actúa como un aislante excepcional
Es flexible, resistente a la corrosión y duradero, lo que la convierte en una opción versátil para diversas aplicaciones industriales y de envasado.

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